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No despidas, crea procesos

En la gestión empresarial, una de las decisiones más difíciles y costosas es la rotación constante de personal. Sin embargo, ¿te has preguntado si el problema no es la persona, sino la falta de claridad en los procesos?


Muchas empresas enfrentan altos índices de rotación no porque sus empleados no sean competentes, sino porque no saben qué hacer. La ausencia de tareas claras, procesos definidos y herramientas adecuadas genera frustración, desmotivación y, en el peor de los casos, la decisión de despedir o la renuncia por parte del empleado.


La importancia de los procesos

Un proceso bien estructurado actúa como un mapa: guía a los empleados en su camino, les muestra cómo realizar sus funciones y les da la seguridad de estar en la dirección correcta. Sin procesos claros, el desempeño se convierte en un juego de adivinanzas, donde cada persona interpreta las tareas según su criterio, provocando inconsistencias y bajo rendimiento.


¿Qué pasa cuando no hay procesos?


  1. Confusión: Las personas no entienden sus responsabilidades ni cómo ejecutarlas.

  2. Desmotivación: Al no saber cómo cumplir con las expectativas, los empleados pierden interés.

  3. Tiempo desperdiciado: Los líderes terminan resolviendo problemas que podrían haberse evitado con claridad inicial.

  4. Altos costos: La rotación implica tiempo, dinero y energía para capacitar y contratar nuevos talentos.


Delegar es un arte, pero sin procesos, es imposible


Delegar no significa simplemente asignar tareas. Implica dotar a las personas de una guía clara y las herramientas necesarias para cumplir con sus funciones. Sin procesos, delegar se convierte en una fórmula para el fracaso.


Por el contrario, cuando los procesos están definidos:

  • Las tareas se realizan de manera consistente.

  • Los empleados ganan autonomía y confianza.

  • Los líderes se liberan para enfocarse en la estrategia y el crecimiento del negocio.


Como dueños de negocios o administradores, tenemos la responsabilidad de crear un entorno donde las personas puedan dar lo mejor de sí mismas. Esto comienza con procesos claros y funcionales.


Antes de considerar despedir a alguien por bajo rendimiento, pregúntate:

  • ¿Le hemos mostrado cómo hacer su trabajo?

  • ¿Tiene acceso a las herramientas necesarias?

  • ¿Existen manuales, guías o capacitaciones que le ayuden a entender su rol?


La solución no siempre está en buscar un nuevo talento, sino en optimizar los procesos internos. Cuando delegamos con claridad, brindamos a nuestros empleados las bases para cumplir con éxito su labor.


Deja de apagar incendios

En lugar de culpar a las personas, revisemos los sistemas. Crear procesos no solo es más eficiente, sino que fomenta un equipo motivado, alineado y capaz de alcanzar los objetivos de la organización.


No despidas, crea procesos. Porque un negocio con claridad interna es un negocio que crece de manera sostenible.


Liliana Frasés

De CEO a CEO


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